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Comunicación no verbal (II): gestos que curan

Seguro que ya sabes que la relación médico-paciente es importante y que tienes que utilizar un lenguaje claro y comprensible para que la información que quieres transmitir llegue correctamente al receptor, a tu paciente. Sin embargo, ¿prestas suficiente atención a cómo transmites esa información? Ya sabes interpretar lo que (no) te dicen tus pacientes con su lenguaje corporal, pero ¿qué hay de ti?

En este post te mostraremos cómo sacarle el máximo provecho a tus gestos y tu lenguaje corporal para conseguir un ambiente en el que el paciente se sienta cómodo para expresar sus preocupaciones abiertamente y tú puedas obtener toda la información que necesitas.

La importancia de tus gestos

La relación médico-paciente tiene una alta carga emocional. Los pacientes buscarán en tu expresión facial, tus gestos, tus miradas y tus movimientos aquella información que no pueden obtener del lenguaje verbal, bien porque no lo entienden, bien ―en aquellos pacientes más desconfiados― porque piensan que les estás ocultando información.

¿Cómo quieren los pacientes que les saludes?

Sin duda, la primera impresión que le das a tus pacientes es clave y a veces incluso determinará como se desarrollará el resto de la visita médica.

Investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern de EE. UU. realizaron una encuesta a 415 pacientes adultos sobre cómo preferían que sus médicos les recibieran en la consulta. Algunos datos interesantes de dicha encuesta fueron los siguientes:

  • Al 78,1 % de los pacientes les gusta que el médico les dé la mano para saludarles.
  • Al 50,4 % de los pacientes les gusta que el médico los llame por su nombre de pila.
  • El 56,4 % de los pacientes espera que los médicos se presenten por su nombre y apellidos.

¿Qué gestos debes evitar?

Si descuidas el lenguaje no verbal que empleas con tus pacientes durante la visita médica, puedes provocar que tus pacientes sientan rechazo, confusión e incluso que pierdan la confianza en ti como médico.

Intenta evitar las siguientes conductas:

  • Hacer poco contacto visual: debes mirar a tu paciente con frecuencia, pero sin que se sienta intimidado.
  • Mantener una mala postura en relación con el paciente: evita inclinarte hacia atrás y cruzar los brazos y las piernas en dirección opuesta a tu paciente.
  • Poner los brazos en jarra: simboliza una postura dominante.
  • Hacer gestos o expresiones faciales inadecuadas: no gesticular o mostrarte demasiado serio provocará que tus pacientes se sientan tensos e incómodos. Evita mostrar gestos de sorpresa o expresiones que denoten discrepancia.

Pautas para facilitar la comunicación

Si quieres crear un ambiente óptimo en el que el paciente se sienta cómodo para expresarse abiertamente, apunta los siguientes consejos:

  • Mira a tu paciente de forma directa y relajada, en horizontal. El paciente se sentirá atendido y a la vez podrás detectar su lenguaje no verbal.
  • Sonríe. Sonreír invita a comunicarse, siempre que sea una sonrisa sincera. Eso sí, evita hacerlo cuando hagas preguntas personales.
  • Controla tu expresión facial. Esto permitirá que el paciente te vea como un médico receptivo y comprensivo. Procura que tu expresión sea coherente con la información que estás dando.
  • Sube las cejas de vez en cuando. Esto es especialmente útil si eres uno de aquellos médicos que sufren por ser poco expresivos. Subir las cejas, sobre todo cuando hagas una pregunta importante, te ayudará a mejorar la expresión facial.
  • Asentir a medida que el paciente te explica el motivo de su consulta te ayudará a reforzar la comunicación.
  • Mantén una posición corporal apropiada. Lo ideal es mantener una posición recta (aunque no excesivamente), relajada y ligeramente inclinada hacia delante.
  • Muestra tus manos al hablar. Este gesto transmite que eres honesto y que dices la verdad. Sin embargo, colocar las manos detrás de la espalda también muestra confianza.
  • Mantén la distancia correspondiente al tipo de relación. Si por algún motivo tuvieras que invadir el espacio de tu paciente, procura tranquilizarlo.
  • Mantén una apariencia personal cuidada y coherente con el rol que desempeñas. La apariencia personal determina la impresión que damos a nuestros pacientes.
  • Habla con fluidez, claridad y suficiente volumen para que el paciente te oiga bien. Así ayudarás a reforzar el mensaje que quieres transmitir.

¿Has visto cuánto puedes llegar a conseguir con tan poco?

Utilizada de forma adecuada, la comunicación no verbal te ayudará a transmitir la información de forma eficiente y a que tus pacientes se sientan cómodos y bien atendidos. Y, a veces, solo eso es suficiente para que tu paciente vuelva a encontrarse bien.

¿Qué estas esperando para empezar a practicar la comunicación no verbal?

Referencias

 

 

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